¿Qué es la esteatosis hepática metabólica? La enfermedad que padece el 30% de los españoles
Las razones de que tenga una prevalencia tan elevada en nuestro país tienen que ver con factores de riesgo como el sedentarismo, la diabetes y el consumo de alcohol
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Se trata de una enfermedad del hígado que se caracteriza por la acumulación de grasa en este órgano, hasta superar el 5% de su peso. En casos graves puede derivar en fibrosis o cirrosis irreversible e incluso en cáncer (hepatocarcinoma). Lo bueno es que, en sus fases iniciales, es una enfermedad reversible.
En nuestro país se trata de una enfermedad muy frecuente. De hecho, según estudios poblacionales, la padece el 30% de la población española. Las razones las explica Enrique Prada de Medio, miembro de la Sociedad Española de Medicina de Laboratorio (SEMEDLAB): “La prevalencia de la obesidad y el sobrepeso ha crecido considerablemente en las últimas décadas, lo que favorece la aparición de enfermedades hepáticas no alcohólicas, especialmente entre adultos de nivel socioeconómico más bajo”.
Otros factores de riesgo de la esteatosis hepática metabólica son el sedentarismo, la diabetes tipo 2, el síndrome metabólico y las enfermedades cardiovasculares. Es decir, los mismos que contribuyen al desarrollo de otras patologías hepáticas, como el hígado graso no alcohólico y la fibrosis avanzada.
Esto demuestra “la influencia de los hábitos de vida en la aparición de enfermedades hepáticas”, según afirma Raquel Gómez Molina, miembro del Comité de Comunicación de SEMEDLAB. A todo ello hay que añadirle el consumo de alcohol, hábito “profundamente arraigado” en muchas regiones, en palabras de la experta.
Sin síntomas, diagnóstico tardío
Uno de los principales problemas de esta patología es que, al igual que otras enfermedades hepáticas es asintomática en sus primeras etapas. Esta circunstancia “retrasa su diagnóstico y tratamiento. Como consecuencia, un gran número de casos se detectan en fases avanzadas, cuando las complicaciones ya son graves y además requieren una mayor inversión de recursos sanitarios”, asevera Prada de Medio.
Además de la falta de sintomatología, también influye el hecho de que las enfermedades relacionadas con el hígado están estigmatizadas por la sociedad al tener relación con el consumo excesivo de alcohol. La realidad es que el retraso en el diagnóstico “se refleja en el impacto económico sobre el Sistema Nacional de Salud (SNS): en 2025, el 41% de las consultas hospitalarias estuvieron relacionadas con patologías hepáticas”.
En busca del diagnóstico
Debe ser el médico de Atención Primaria quien plantee la posibilidad de hacer pruebas que indiquen el estado del hígado a pacientes que, por sus factores de riesgo, sean sospechosos de padecer esteatosis hepática metabólica. El primer paso será hacer análisis de sangre y revisar los parámetros de laboratorios relacionados con el hígado.
Esta enfermedad es asintomática en sus primeras etapas, por lo que se retrasa su diagnóstico y tratamiento
También se puede plantear hacer pruebas de imagen que detecten la esteatosis hepática. “Si persiste la sospecha, se debe remitir al especialista en Digestivo para que éste realice pruebas más específicas, como la elastografía, así como para considerar la realización de la biopsia hepática para confirmar el diagnóstico”, afirma Prada de Medio.
Acabar con la enfermedad
Actualmente, el tratamiento para la estenosis hepática metabólica es el mismo que las medidas de prevención: “Se centra en modificar el estilo de vida y lograr la pérdida de peso y corrección de la diabetes no controlada, lo cual presenta dificultades debido a las comorbilidades y hábitos poco saludables de los pacientes”, dice el experto.
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Por otro lado, “se están desarrollando fármacos, algunos ya aprobados fuera de Europa, que podrían suponer un cambio significativo en el abordaje de esta enfermedad, particularmente para aquellos pacientes con fibrosis avanzada, quienes se enfrentan a un mayor riesgo de progresión a estadios irreversibles”, concluye Prada de Medio. Por su parte, Gómez Molina incide en la necesidad de un enfoque integral y multidisciplinar que incluya atención psicológica.
Se trata de una enfermedad del hígado que se caracteriza por la acumulación de grasa en este órgano, hasta superar el 5% de su peso. En casos graves puede derivar en fibrosis o cirrosis irreversible e incluso en cáncer (hepatocarcinoma). Lo bueno es que, en sus fases iniciales, es una enfermedad reversible.