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Comer fruta deshidratada no es lo mismo que comerla fresca
  1. Bienestar
ES UN BUEN SNACK OCASIONAL

Comer fruta deshidratada no es lo mismo que comerla fresca

Puede ser un recurso útil en momentos de ansiedad o a modo de snack, pero la fruta deshidratada pierde las vitaminas hidrosolubles durante el proceso de secado

Foto: (iStock).
(iStock).

Aunque pueda parecer lo contrario, las frutas deshidratadas no son una modernez de las nuevas generaciones, sino un recurso alimenticio desde hace generaciones. Lo que sí es novedoso son las frutas que se consumen de un tiempo a esta parte y lo accesibles que resultan.

Actualmente, no hay supermercado en el que no se puedan adquirir, en cómodas bolsas, frutas deshidratadas. Desde piña a kiwi, pasando por manzana, plátano o mango. Además de las ya tradicionales uvas o ciruelas pasas y los más recientes arándanos secos. Todo un universo de colores y sabores de lo más apetecibles.

Pero hay una pregunta que ronda a los muchos consumidores y aficionados a este producto. ¿Comer fruta deshidratada tiene los mismos beneficios que comer fruta fresca? En efecto, la idea es muy similar, puesto que ambas tienen el mismo origen y su composición es similar. Pero con matices.

Para empezar, hay que tener claro que la fruta deshidratada se consigue sometiendo a la fresca a un proceso de secado para eliminar su contenido en agua. Y se realiza calentándola en túneles de secado. De este modo se alarga su vida útil, se reduce su tamaño y su peso, lo que facilita su envasado, su transporte y su almacenamiento. De paso, ofrece la posibilidad de disfrutar de determinados alimentos fuera de temporada.

Saludables y beneficiosas

Por si todo esto fuera poco, Miguel Ángel Lurueña Martínez, divulgador científico y doctor en ciencia y tecnología de los alimentos, afirma que “su consumo habitual, junto con frutos secos, se asocia con la prevención de enfermedades metabólicas como síndrome metabólico, enfermedades cardiovasculares y diabetes tipo 2. Quizá esto último es lo que más sorprende, dada su cantidad de azúcares, pero hay que considerar que tiene un índice glucémico medio o bajo (dependiendo de la variedad), debido, entre otras cosas, a que también contiene una cantidad notable de fibra”.

Foto: Incluye las moras en tu dieta. (Pexels/Life of Pix)

Por supuesto, también podemos encontrar en la fruta deshidratada “vitaminas, minerales y otras sustancias minoritarias como antioxidantes. Porque la principal diferencia con la fruta fresca es que tiene mucha menos cantidad de agua, así que los compuestos están más concentrados y la densidad energética es mayor”, apunta el experto.

No todo es bueno

En efecto, no todo son bondades en la fruta deshidratada. Lo explica Paula Serrano, dietista-nutricionista y responsable del departamento de Universidades y del Área de Comunicación de la Academia Española de Nutrición y Dietética. “Cuando deshidratas un producto le quitas el agua y, por lo tanto, se van las vitaminas hidrosolubles que están dentro del líquido de la propia fruta. Por lo tanto, en el proceso pierde propiedades”.

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(Pexels/Karolina Grabowska)

Por otro lado, gana azúcares, por lo que “no es muy recomendable, por ejemplo en dietas para perder peso”. Tampoco lo es para diabéticos porque “puede provocar una subida del azúcar en sangre. Finalmente, no es buena idea para personas que tienen patologías digestivas o intolerancias, porque lo toleran peor”, añade Serrano.

Finalmente, la dietista-nutricionista afirma que, al abultar menos, “también ocupan menos volumen en el estómago, por lo que nos sacian menos que la fruta fresca”. Y pone el ejemplo del mango: “En una bolsa que vendan en un supermercado cabe el equivalente a un mango entero, que normalmente no te comes porque es muy grande. Sin embargo, una bolsita de estas te la comes sin darte apenas cuenta, y, en cambio, apenas sacian”.

Tips para consumirla

A pesar de todo ello, no es mala idea consumirlas, siempre que sea de manera ocasional: “Es como una chuche saludable, pero no de consumo diario”, afirma la experta. Y añade: “También se puede usar a modo de snack para no llegar con mucha hambre a la comida, si no se tiene otra cosa”.

Una de las desventajas de la fruta deshidratada es que sacia mucho menos que la fresca

También es una buena opción “si se necesita algo de dulce, porque quita la ansiedad de ese sabor. Si te has quedado sin fruta en la despensa o si tienes un viaje de varios días, porque con la deshidratada no vas a tener los problemas de conservación que con la fresca. Se adaptan también muy bien como complemento de yogures y para añadir a la repostería en lugar de azúcar”, concluye Paula Serrano.

Aunque pueda parecer lo contrario, las frutas deshidratadas no son una modernez de las nuevas generaciones, sino un recurso alimenticio desde hace generaciones. Lo que sí es novedoso son las frutas que se consumen de un tiempo a esta parte y lo accesibles que resultan.

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