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Así cambia el consumo de droga el cerebro de un adolescente
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Salud mental

Así cambia el consumo de droga el cerebro de un adolescente

Algunas sustancias tienen la capacidad de activar neuronas y otras hacen que se liberen cantidades anormalmente altas de neurotransmisores naturales

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El cerebro humano es el órgano más complejo del cuerpo. Regula sus funciones básicas, nos permite interpretar y responder a todo lo que experimentamos y moldea nuestro comportamiento.

"Las drogas interfieren en la comunicación neuronal", apuntan desde Centro Acción

Cuando una persona consume cualquier tipo de sustancia estupefaciente hace que su cerebro experimente cambios que, a su vez, tienen un impacto directo en su conducta y en su manera de reaccionar y relacionarse.

Adolescentes, el grupo más vulnerable

“Los adolescentes son un grupo más vulnerable al consumo de drogas solo por el hecho de formar parte de esta etapa de la vida, donde se busca experimentar, llamar la atención de sus iguales y realizar acciones que les hagan pensar que por hacer ciertas cosas son más adultos”, apuntan desde Centro Acción, un centro privado de tratamiento de adicciones ubicado en Madrid.

Además, aseguran que “el consumo de drogas tiene implicaciones personales y sociales, ya que afecta a la conducta de los adolescentes, siendo sus seres cercanos quienes sufren y se sienten impotentes sin saber cómo actuar”.

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En esta línea, hacen un llamamiento a que se ataje el problema antes de que haya un cambio conductual y explican que “las drogas interfieren en la comunicación neuronal y producen un funcionamiento anormal de los procesos cognitivos y que estos cambios a su vez afectan a la conducta, a las emociones, así como al pensamiento del adolescente”.

¿Cómo actúan las drogas en el cerebro?

Como explica el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas estadounidense, estas “interfieren en la forma en que las neuronas envían, reciben y procesan las señales que transmiten los neurotransmisores”. Algunas drogas, como la marihuana y la heroína, tienen la capacidad de activar neuronas “porque su estructura química es similar a la de un neurotransmisor natural del organismo”, lo que permite que se adhieran a las neuronas y las activen.

“Si bien estas drogas imitan las sustancias químicas propias del cerebro, no activan las neuronas de la misma manera que un neurotransmisor natural y provocan el envío de mensajes anormales a través de la red”, señalan desde el instituto.

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Otras drogas, como la anfetamina o la cocaína, “pueden hacer que las neuronas liberen cantidades anormalmente altas de neurotransmisores naturales o que, al interferir con los transportadores, eviten el reciclamiento normal de estas sustancias químicas del cerebro”, prosiguen.

Las partes del cerebro más afectadas

Entonces, ¿a qué partes del cerebro afecta el consumo de drogas? Pues según el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas ya mencionado, “pueden alterar zonas importantes del cerebro que son necesarias para funciones vitales y pueden impulsar el consumo compulsivo propio de la drogadicción”. Y enumeran algunas:

  • Los ganglios basales. Cumplen una función importante en las formas positivas de motivación. Estas zonas constituyen un nodo clave en lo que a veces se denomina el circuito de recompensa del cerebro. “Las drogas generan hiperactividad en este circuito, lo que produce la euforia que se siente al consumirlas. Pero cuando la presencia de la droga se repite, el circuito se adapta y disminuye su sensibilidad, lo que hace que a la persona le resulte difícil sentir placer con algo que no sea la droga”, explican.
  • La amígdala extendida cumple una función en las sensaciones estresantes como la ansiedad, la irritabilidad y la inquietud, características de la abstinencia y la que hace a la persona a volver a consumirla. “A medida que aumenta el consumo de la droga, este circuito se vuelve cada vez más sensible. Y con el tiempo, una persona con trastorno por consumo de drogas no las consume ya para lograr un estado de euforia, sino para aliviar temporalmente ese malestar”, señalan.
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  • La corteza prefrontal, que es la que dirige la capacidad de pensar, planificar, resolver problemas, tomar decisiones y controlar los propios impulsos. “Esta es también la última parte del cerebro en alcanzar la madurez, lo que hace que los adolescentes sean los más vulnerables. Los cambios en el equilibrio entre este circuito y los circuitos de los ganglios basales y la amígdala extendida hacen que una persona que sufre de un trastorno por consumo de drogas busque la droga en forma compulsiva y tenga menos control de sus impulsos”, apuntan.

Sin embargo, algunas drogas, como los opioides, también alteran otras partes del cerebro, como el tronco del encéfalo, que controla funciones indispensables para la vida, entre ellas la frecuencia cardiaca, la respiración y el sueño. “Esta interferencia explica por qué las sobredosis pueden debilitar la respiración y causar la muerte”, sostienen desde el organismo estadounidense.

Cómo saber si un adolescente consume droga

Existen algunas señales en las que podemos fijarnos según los expertos, es decir, tipos de comportamientos en los menores que pueden hacer que salten las alarmas. Y desde la Campaña Mundial contra las Drogas, iniciativa de la Oficina contra la Droga y el Delito de las Naciones Unidas, UNODC, enumeran algunos:

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Comportamiento

  • Mal humor, excitación, ira, hostilidad, depresión
  • Mentir y robar constantemente
  • Negarse a reconocer los efectos nocivos de las drogas
  • Evitar a viejos amigos o a personas que podrían plantearles cara a cara la cuestión de las modificaciones de comportamiento.
  • Guardar secreto sobre las llamadas telefónicas
  • Tener amigos que no quieren que usted conozca o de los que no quieren hablar.
  • Contestar con evasivas cuando se les pregunta dónde han estado
  • Pérdida de motivación
  • Falta de interés en la vida cotidiana
  • Faltar a clase
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Signos físicos

  • Somnolencia
  • Temblor
  • Ojos enrojecidos, pupilas dilatadas
  • Falta de interés en la higiene personal y aspecto descuidado
  • Arrastrar las palabras
  • Pérdida o aumento del apetito
  • Movimientos descoordinados
  • Ojeras
  • Horarios de dormir irregulares
  • Frecuentes resfriados y tos
  • Pérdida de peso

El cerebro humano es el órgano más complejo del cuerpo. Regula sus funciones básicas, nos permite interpretar y responder a todo lo que experimentamos y moldea nuestro comportamiento.

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